Reflexión

"Por qué realizar una obra cuando es mucho más bello soñarla solamente?"

Pier Paolo Pasolini (El Decamerón)

Familia monoparetal.

Lagunillos de la Virgen

Al hablar de familias monoparentales me gusta hacer una diferenciación entre "familia monoparental a priori", constituida como tal desde su inicio, y "familia monoparental a posteriori" originalmente concebida por dos adultos. Me gusta hacer ésta distinción porque tengo compañeras/os y conocidos que han decidido iniciar en solitario el proceso de creación de una familia y he podido constatar que, aún conocedores de las dificultades que entraña la tarea que han emprendido, sus sentimientos distan mucho de los míos que me he visto forzada por las circunstancias a ser componente de "familia monoparental a posteriori". Creo que cuando nos lanzamos al complicado cometido de formar una familia lo hacemos analizando y meditando muy mucho las circunstancias y posibilidades, tanto materiales como físicas, económicas, psicológicas ó emocionales, con las que contamos. Es por ello que una familia, inicialmente creada y pensada para que dos adultos hagan frente a la organización de la misma, inevitablemente queda muy grande para que sea una persona en solitario la que tengan que afrontar la nueva situación, se tienen que asumir las cargas de tipo económico, material, emocional, educacional...., todas las cargas que genera una familia que estuvo imaginada e ideada para que fuesen dos personas las que tuvieran que salir a su encuentro. Una vez hecha esta aclaración y narrada cual fue mi sensación al verme enfundada en una "familia monoparental a posteriori", creo estar en circunstancias de poder decir que aunque en un principio se tiene la necesidad de asumir todas, y más, las cargas que quedan como legado, poco a poco, y más pronto que tarde, es imprescindible aprender a ir dejando y delegando muchos de los cometidos que en un principio se contraen para evitar tener la impresión de estar haciendo dejación de funciones. No es dejación de funciones, es sencillamente la única aptitud posible para poder ser responsable de una "familia monoparental a posteriori" sin morir en el intento.

Alhambra

Haciendo cumbre

Peñón del Jorobado. Sierra de Huétor Santillán.

Una mañana cualquiera de fin de semana, si invierno, cabizbajos y encogidos tras la niebla del resuello que en ésta gélida ciudad es tan habitual, si estación benévola, estirados y altivos, pero si, siempre ataviados con vestimenta adecuada a las inclemencias y rigor que ordena la sierra, aunque también, ¿y porqué no decirlo?, buscando sorprendernos con un delicado toque de coquetería. Nos dedicamos el saludo fresco y perfumado del alba, dibujamos nuestra sonrisa que, a modo de poderosa revelación, nos perfila un sinfín de viables oportunidades, comienza la vida, se acerca el aroma, se rozan las telas, se presume el contacto, se percibe el aliento, se abren bastones. Comienza la marcha, se escucha el silencio, elevamos el paso, aumenta el latido, compartimos el agua, y la transpiración nos moja para llegar a la cumbre... y no secarnos. Con ansia respiramos el universo que ante nuestros ojos se representa, observamos la inmensidad de paraísos aún no perdidos, desplegamos alas y recogemos sueños que vuelven a buscarnos. Se incrementa el jadeo y el sabor salado impregna el viento, impregna el verde, impregna la nieve, te impregna a ti, nos impregna a nosotros.

"Encontrándome contigo"

La Herradura. Granada.

Vengo a buscarte y te puedo encontrar. ¿Puede existir mayor dicha que saberte aquí, sin condiciones ni requerimientos, en el tiempo en que quiero desnudarme para ir a dormir, pero que quiero hacerlo tras ésta ventana abierta al mundo que tú me ofreces? Gracias por dejarte escuchar, por estar aquí atendiendo mi parecer. Por ello quiero mostrarte mi agradamiento a la fidelidad mostrada, a tu saber estar siempre en los momentos oportunos, cuando más te necesito. En numerosas ocasiones te he venido a visitar, he venido a ver quién te ha buscado, si te han ojeado, si te han mimado, tengo la confianza de que así ha sido y me ha mantenido la esperanza de saber que no has estado sola. Hoy es uno de esos días de exigencia y con entusiasmo acudo a tu encuentro, al reencuentro de quienes tú me acercas, de quienes con sus palabras cálidas y certeras hacen sentir que aún existen las palabras llenas de contenido y desnudas de banalidades, de quienes te hacen comprender que nuestro entorno cercano está mediatizado y contaminado por los intereses que nos acechan, que más en la distancia se habla con la autenticidad que preciso. Con urgencia me dispongo a viajar por el mundo al que me permites abrirme, leo tus letras, escucho tus melodías, veo tus imágenes, reflexiono con tus comentarios, me acerco a vosotros, a todos los que aquí estáis sin pantomimas ni mentiras porque quizá la farsa que nos exige la vida ya quedó representada.

"Dejarnos en Paz"

Africa. Joan Manuel Serrat

Con éstas escuetas y contundentes palabras "dejarnos en paz" concluyó ayer el profesor Mbuyi Kabunda, a la última de las preguntas realizadas tras su conferencia, "África, desarrollo y retos políticos", sobre ¿Qué podemos hacer desde aquí por el pueblo africano? Seguidamente aclaró que esa respuesta contesta a la pregunta ¿qué hacer por el pueblo africano? puesto que las estadísticas indican que existe una relación directamente proporcional entre la cantidad de ayudas recibidas de los Estados Unidos y Europa, y el aumento de guerras y hambrunas. ¿Nos preguntamos por qué? Porque los intereses económicos y de seguridad internacional del norte buscan, con su ayuda económica, la colaboración de los gobiernos africanos que están sustentados por ellos, y que gobiernan de espaldas a su pueblo. Distinta contestación tendría la pregunta ¿qué hacer con el pueblo africano, junto a él, a su lado, con sus gentes no con sus gobiernos, no de forma institucional sino individual o personal? Desde ésta otra forma de trabajar, bienvenidas sean todas las ayudas. Concluido su discurso todo el auditorio se levantó en aplausos como muestra de aprobación de sus palabras que, a pesar de parecer tremendamente ingratas, cobraron todo su sentido después de haberle escuchado hablar durante dos horas sobre los usos y abusos a los que ha estado sometido el pueblo africano. Comenzó su intervención haciendo referencia a los años de esclavitud y posterior colonización en los que las potencias colonizadores no reconocieron su enorme pluralidad étnica, invalidaron su cultura y esquilmaron sus recursos naturales, con lo que jamás han podido tener la oportunidad de erigirse como pueblo con identidad y con cultura propia, siempre refiriéndose al África subsahariana. No satisfechos con el daño que se hizo durante la colonización, antes de de marcharse, todos los países colonialistas se ocuparon de trazar fronteras a escuadra y cartabón que no respetaban la diversidad étnica de la población, con el consiguiente hervidero de conflictos asegurado. Pero África puede, África es rica en población, en mano de obra, en recursos naturales, en tierras fértiles, en juventud. Dejemos que encuentren su identidad cultural, que eduquen a su población, que organicen sus gobiernos, que cultiven sus tierras, que desarrollen su economía popular...... El modelo occidental ha fracasado en África, si los dejamos en Paz encontrarán el suyo propio.

"Sentirse troglodita"

Viviendas Trogloditas. Guadix. Granada.

Sentirse troglodita, cavernícola, en la era del progreso y la tecnología, pero sin renunciar a ella. Sentirse volátil, vaporosa, etérea, aunque el lastre del sustantivo oprima la existencia. Sentirse amante, amada, seducida, cuando las vidas interpretadas dejaron de sonreír a las pasiones contenidas. Sentirse mujer, fémina, dama, cuando la furia del hombre permanece adormecida en el rincón perdido del alma. Sentir los opuestos, los contrarios, los adversarios que conforman los seres que siempre llevamos. Sentir que sufres, que vibras, que te agitas, que te conmueves, que tiemblas, que disfrutas, que te apasionas, que VIVES. Sentir que te ocurre porque todo te provoca, todo te surge, todo te conmueve….Sentir, sentir, sentir…. Reivindico éste privilegio legítimo, olvidado por el paso de los tiempos, del hastío, del desinterés o de la indiferencia. Lo demando para mí, pero también para ti; para ti que percibes que tu vida te reclama y te requiere para proclamarse protagonista de tus delirios.